Nos levantamos como a las 8.30 creo recordar, nos arreglamos como siempre y empezamos a colocar nuestras cosas en las alforjas, antes de las 11 de la mañana tendríamos que dejar la habitación y luego vendriamos a por las bicis para llevarlas a la estación
Nos pusimos nuestras camisetas con la flecha amarilla,Antonio,Pedro y yo, Alicia al final no se la puso(cosa de la que se arrepiente).
La Flecha y el Frio |
Cuando salimos empezamos a notar que verdaderamente el día estaba fresco, dentro de la cafetería se estaba muy bien, y recorrimos de nuevo las calles, que esta vez estaban vacias de gentes, no llevabamos ropa de manga larga y se notaba.
Volvimos a Obradoiro y buscábamos el sol, era el único lugar donde lo encontramos a estas horas, fuimos a buscar tortas de Santiago, recuerdos diversos, y alguna que otra cosa.
Pasamos por el edificio donde entregaban La Compostela y sorpresa, nos volvimos a encontrar al profesor de música que sólo dos días antes estaba con nosotros en Laza y que como ya comenté venía a pié.
Nos contó que estos días habia hecho jornadas de 70 km, y no nos lo podíamos creer, vaya pasada, nos dijo que no se había mirado los pies para no ver como los tenía de doloridos, un crack.
Después de un buen rato andando de nuevo por las calles ahora ya con mas gente, nos dirigimos a por las bicis e ir hacia la estación de autobuses, ya que había un trecho no muy largo desde la residencia a la estacíón.
Cuando llegamos, compramos material para empaquetar las bicicletas y las pusimos en el Hall sobre una gran jardinera y nos fuimos a tomar unas cervezas, desde el bar se podian ver las bicis y a todo el que por allí se movia.
Y estando allí de nuevo vimos a lo lejos haciendo cola a nuestro amigo el profesor de música, que estaba sacando el billete.
PASANDO EL TIEMPO |
Observando a la gente, había por alli un tio que merodeaba por toda la estación con una pinta un poco andrajosa y que en un momento comenzó a manipular los mandos de la bici de Antonio, en un santiamen estabamos junto al tio preguntándole que hacía y él como si nada,era italiano, encima se puso gallito aunque no te puedes fiar, Pedro se puso frente a él y el italiano va y le dice que en Italia estaría ya capucci, Pedro le respondió :- ven que ahora estamos en España.- total que se fué por un rato pero no acaba de marcharse del todo.
Decidimos subir las bicis justo al lado del cristal del bar y ya nos tranquilizamos, hicimos tiempo comentando sobre el camino y comimos allí mismo.
Una hora antes de la salida del autobus bajamos al andén de salida y comenzamos a empaquetarlas, por allí apareció uno de los grupos de sevillanos con los que compartimos camino en estos días, ellos habían enviado las bicis por una empresa de mensajería., acabamos de empaquetar las bicis y listos para salir.El grupo antes de partir |
Y colorin colorado este cuento se ha acabado...... hasta el próximo
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